La población de Pisiga es muy fluctuante,
aproximadamente tiene 1,000 habitantes estables, el resto es personal variable
de diferentes servicios (Agencias Aduaneras, comerciantes, agentes de policía
boliviana, funcionarios de migraciones, empleados de la Aduana Nacional de
Bolivia, etc). Todo el personal fluctuante cambia cada 15 días, siendo
reemplazados por otros funcionarios y agentes debido a la crudeza climatológica
y escasas condiciones de habitabilidad.
Existe un escaso número de personas mayores de la tercera
edad, pero el grupo mayoritario son personas adultas en edad madura y aptas
para trabajar.
Menores en edad escolar: 125 niñ@s en
Primaria, 65 en Secundaria y unos 20 menores y bebés en
kinder.
· PERSONAS QUE SE BENEFICIAN GRACIAS A ESTE PROYECTO:
El número aproximativo de beneficiarios/as directos/as
que resultará de la presente intervención oscila entre 1.825 a 2.000 personas al año, las cuáles son emigrantes
en situación de vulnerabilidad y exclusión social, muchos de ellos en
situación de desamparo y desprovistos de los medios y
recursos básicos para su subsistencia.
Se dará una mayor preferencia o prioridad al
colectivo de mujeres y niños/as, al considerarse como población más
vulnerable.
La mayoría de estos emigrantes tiene su origen en
los departamentos del altiplano boliviano y peruano (a menudo
esta emigración se produce por causas económicas),
y en última instancia se agregan inmigrantes colombianos, algunos de ellos en
búsqueda de refugio.
Son personas sencillas, campesinas, con
índices bajos de escolaridad y de capacitación laboral; y en muchas
ocasiones son mujeres que viajan solas o con sus hijos buscando mejores
expectativas de vida para ellas y para su familia.
Percibimos que
muchas de estas personas después de tener que recorrer varios kilómetros para
llegar a este paso fronterizo, se enfrentan a la rigidez de los controles, casi
siempre caracterizados por el abuso de poder, la discriminación y xenofobia,
resultándoles imposible lograr su objetivo de ingresar o entrar en Chile.
Muchos terminan pasando de forma
clandestina con todo lo que acarrea esta práctica de infracción de las leyes
chilenas: dificultad para la integración, imposibilidad de reclamar sus
derechos, dificultad también para la regularización de sus papeles, lo que les
lleva a que en situación irregular se les limite la posibilidad de la búsqueda
de trabajo.
En este proyecto, nuestro esfuerzo se centra
en las personas con ingreso irregular o clandestino, principalmente mujeres y niños,
porque a raíz de esto hemos comprobado un creciente número de detenciones,
expulsiones y deportaciones, quedándose a menudo en la frontera abandonadas a
su suerte.
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